El templo del mar

Estos incensarios tienen la intención de ensalzar el ritual de encender un conito de incienso en casa. Transforman ese pequeño momento en algo grandioso.

En este caso, el cono se sitúa sobre las brasas de otros fuegos. Entorno a él, un círculo de asientos simbolizan el calor del hogar, similar a los sofás frente a la chimenea. Junto a él, una mesa de ofrendas y un camino azul donde poder apoyar las cerillas con las que encendemos el cono. Dos columnas enrolladas protegen la entrada, y una simpática rana hace custodia el templo, en lugar del temido dragón medieval. Desde el exterior, se puede apreciar la forma de monstruo marino, que ayudará a quien lo encienda a atravesar las aguas internas que moviliza este ritual.

Totem de fuego

Este quemador de incienso transporta hasta Norteamérica a quién lo enciende. Combina los "totem", propios de los indios de Canadá, con la solemnidad del desierto y sus enormes cañones al oeste de Estados Unidos. 

En lo alto se abre una hondadura en forma de flor donde situar el cono de incienso. A sus lados, dos caras protegen el ritual, y una más en la parte posterior, donde no alcanza nuestra mirada protectora. Dos piedras atraviesan la columna de barro y ofrecen su solidez para apoyar el mechero y el próximo cono.

Este incensario lo creé de ojos cerrados durante una dinámica grupal, dejándome llevar por el cuerpo y los recuerdos.